martes, junio 21, 2011

por qué cambias?







Alguna tarde de Junio, en que el sol caía como las emociones, mi lento caminar me permitía contemplar y escuchar a una pareja en amor: "si me necesitas, o quieres que haga algo, llámame", le decía la mujer al hombre.




Qué envidía sentía por aquel hombre que imagino la valora en el ahora, y que ojalá esa co-relación perdure mucho más.



Pensaba en cómo se "va" (de irse bien lejos) ese entregar y brindarse,
cómo esa frase entera se va convirtiendo en:
- "llámame",


- "no me llames, yo te llamaré"


- para qué me llamas;
silencios,... y adiós.



Se gasta el amor, y más cuando no hemos aprendido a entender al otro (a), cuando no sabemos
qué significan sus muecas, sus silencios, el tono de su voz, la manera en que habla, en que
duerme. Criticamos, y nos olvidamos nosotros mismo de autocriticarnos primero. Qué damos?, qué merecemos?.








Sabemos que fue nuestra elección, pero cuando ya es nuestra pareja comenzamos a
buscar sus defectos antes que valorar las virtudes.




Sólo con tiempo se llega a ello, pero, vamos tan apurados, que les desechamos, nos
resignamos, nos ejonamos; y pensamos en: "hay tanto por conocer", "por qué debo estar con
una (o), cuando puedo estar con todas (os)".


Respuesta: todo se volverá cícilico. Y repetirás lo mismo. Amas ahora, admiras ahora, pero
cuandos sea tuya (o) buscarás sus defectos; auqnue quizá, con cierta inteligencia,
intentemos cambiar nuestras reacciones y acciones.




Se dice que nos unimos a esa otra persona por admiración, pero con el tiempo esa admiración
decrece y nos quedamos sin motivaciones.







"Así es el momento en que nace el amor:


la mujer no puede resistirse a la voz que llama a su
alma asustada;


el hombre no puede resistirse


a la mujer cuya alma es sensible a su voz."




La insoportable levedad del Ser


Milan Kundera







La ternura duerme, o muere dentro nuestro hasta cuando sentimos que alguien más(el otro, la otra) quiere a ese ser que olvidamos (o que nos olvida), eso que parece nuestro, y nos encaprichamos en que nadie nos los quitará.






Al final te quedas con lo tuyo, pero, no sabes qué hacer, ni para qué lo querías.
Tan común escuchar al hombre y mujer, sólo quiero alguien que me quiera, que esté a mi lado.
(aunque no sepan ni para qué quieren a otro a su lado, quizá de adorno)






"Los amores son como los imperios:


cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos,


perecen ellos también."




La insorpotable levedad del Ser


Milan Kundera





En cada decisión, hay caminos, en cada respuesta una acción, con suerte, podríamos conseguir
eso que anhelamos. El problema, es que muchos no saben realmente qué quieren, ni para qué lo
quieren.