PRIMERAS SENSACIONES

Es necesario aprender lo que necesitamos

y no únicamente lo que queremos.

(Paulo Coelho)

"Callado, empeñoso, silencioso, nada grosero, y siempre con algo que contar. Así era, así me encontró mi primera erección. "

-No era el que contaba chistes, ni el que bailaba, ni cantaba, menos tocaba la guitarra; sólo era el que decidía, el que planeaba qué hacer. Era un diablillo disfrazado de santo. ¿Por qué esa pregunta, mujer?

-Curiosidad-dijo ella. Saber en qué momento entraste en funcionamiento.
-Y a ti, ¿cómo te encontró?
-Sucedió de modo involuntario, yo no lo sabía-sonrisas- , en verdad no lo sabía.

"Me di cuenta cuando en clase de educación sexual la profesora nos habló del frotamiento en la zona vaginal. Eso era masturbación, del cual se producía una placer inexplicable. Recordé las veces en que me subía a mi caballito inflable, de hule, saltaba sobre ello. Su cabeza pasaba entre mis piernas y rozaba mi zona. Sentía cosquillas. Me gustaba."




- osea, fuiste promiscua. (sonrisas compartidas)

Algunas veces hay que decidirse

entre una cosa a la que se está acostumbrado

y otra que nos gustaría conocer.

(Paulo Coelho)

- y tú, ¿cómo?

Yo, Tenía 12 años, ella, era 2 años mayor; me impresionó su minifalda, no tenía llave de su casa y mientras esperaba a su mamá se quedaría conmigo. Primero en la puerta, luego viendo tv. Por vez primera mi ojos se llenaban de lujuria. Caminaba delante mío y se notaba tenía placer en tentarme. Se sentó a mi lado, me quedé nublado, estiré mi mano para tocar y dijo:

¡ Se mira, pero no se toca !

- ¿Tan chico y ya querías tocar?, picarón. Hay que tener cuidado con tus manos. Prosigue.

Vino la mamá y me llevó con ellas. La mitad de su casa era vegetación, grandes árboles y ramas que soportaban nuestro peso mientras buscábamos moras e higos. Roces. Bajábamos a comer lo recolectado, primero lavarla; y, nos mojamos. Su ropa se le pegó al cuerpo, y la mirada mía, otra vez turbada. Subimos nuevamente a buscar más fruta. Creo que ese era el pretexto para ella jugar conmigo. Pasaba delante de mío dándome la espalda, rozando con su trasero mi ingenua virilidad. Era inevitable. Sentí por vez primera, una erección.

Cuando todos los días resultan iguales

es porque el hombre ha dejado de percibir

las cosas buenas que surgen en su vida

cada vez que el sol cruza el cielo.

(Paulo Coelho)

Sentí vergüenza de que me viera; y peor, de que en sus ir y venir ella “lo sintiera”. Descubrí que el método para disimularlo era arrodillándome, qué muchos de mis amigos comenzaban a pasar por lo mismo, y más.

Me las pasé pensando todo el resto del día en eso, y en ella.