domingo, septiembre 21, 2008

QUIERO CONOCER A TU FAMILIA




No se presenta a todas (os); pero llega ese momento. Nunca hay un momento ideal o perfecto, porque cada pareja es un mundo y cada familia lo mismo. O sea, no hay generalidad.

Al principio, moría en ánimos por ser presentado ante sus familias, sentía que así había más vínculos. Pero, eso comienza a pesar cuando la relación termina:

-qué les diré?
-te van a odiar
-por qué me hiciste presentarte si iba a terminar así?


Al hombre perverso se le conoce en un sólo día;
para conocer al hombre justo hace falta más tiempo.

Sófocles

Los padres imaginan un ideal de vida para sus hijos: que estudien, que tengan un buen trabajo, que les den nietos. Y aparece ese sujeto que desequilibrará sus vidas, lo aceptan, y si logran sentarlos en la mesa quisieran preguntarles:



- ¿Tienes padres casados?
- ¿Tienes auto?
- ¿Tienes hijos?
- ¿Qué significa “tarde” para ti?
- ¿Qué significa: “no toques a mi hija” para ti?
- ¿Qué significa “abstinencia” para ti?
- Asistes a misa, cada qué tiempo; cuándo sería el mejor momento para entrevistarme con tus padres y con tu sacerdote?
- Esta niña, ya le dijo que no le gusta ni lavar los calzones






Después de eso suele darse el caso que las madres quieren más al novio (a) que al hijo (a). “Tienes que alimentarlo bien, tenerle lista la ropa, dejar de ser floja. El si puede ser, es hombrecito” . No es mi culpa, el machismo está por doquier, donde unos menos lo imagina.


Cásate; si por casualidad das con una buena mujer,
serás feliz;
si no, te volverás filósofo,
lo que siempre es útil para un hombre.

Sófocles


Podría ser también, que los padres encuentren mil y un defectos en el más perfecto de los pretendientes.

También la edad influye, ver que la novia (o) son mayores o menores por 10 años. Qué horror, cuando tu hijo tenga 15, él, ella, se verá como abuelo (a).

A veces, ese conocer de la familia puede darse de un modo casual. En la calle. Saliendo del cine o de cualquier otro espectáculo. Tú papá… ay, no. Ya nos vio. Papi, te presento a Marco, mi novio. Y uno, mientras más inexperto, más miedoso. Se habla al pasó, se es invitado a la casa, y cada uno a su casa. En el camino se preguntarán "oye papá ¿cómo se te hizo?" a lo que él dirá "pregúntale a él como se le hizo" . Yo, me hice pipi mental.

- ¿presentas a todos tus novios?
- los presento si están algo "presentables"
- ¿y si no lo estuvieran?
- me esperaría a estar convencida de mi emociones.

Después de las citas es placer preguntar por cómo nos vieron, que cosas dijeron de nosotros, que comentarios recibimos. Nos interesa en verdad, siempre y cuando sean positivas las apreciaciones. Si son negativas, comenzamos a tener más cuidados, a ser despectivos. Ese conversar después, tiene una importancia psicológica para nuestro futuro comportamiento.

Cuando se es soltero (a), el entorno, familia y amigos, no se cansan de preguntar ¿ con quién estás ahora?, de afirmar: “ya debes casarte”; así, uno se halla bajo la presión de estar con alguien, y encima de no fracasar. Y cuando les presentas a ese ser tu atención, te salen con: “mereces algo mejor”, “no es para ti”, “ ya está recorrida”, etc.

No falta al abuelita que sale con: trae a casa “un caballero”, que por favor, no hable como marica. Recuerda hija, recuerda: “primero posición, antes que corazón”


Me preguntas si debes o no casarte;
pues, de cualquier cosa que hagas te arrepentirás.

Sófocles

Uno no elige a la persona con quién estar en base a sus padres, ya que al final, en vez de buscar novio (a), buscaríamos suegros. Y esa no es la idea.



Quizá el conocer la familia sea el primer paso comenzar a pensar en hacer otra. Pese a todo, en nada hay certeza, sólo intención ... de quizá, ser felices.


viernes, septiembre 05, 2008

PELOTEROS

Llegué a Santiago y todas mis costumbres deportivas cambiaron, sin los amigos, sin los escenarios, sin la disposición de siempre. El tiempo me lo impedía también.



Hace como 2 años que no jugaba baby fútbol (fulbito). Un día despues me duele cada golpe, cada caída. Me descubro raspaduras en las rodillas, en el pecho, y hasta moretones en la palma de la mano.



Los hombres, desde niños, nos acostumbramos a ver una o más pelotas en casa, crecemos pateando, creando diálogos fuertes, ensuciándonos, intentando tener dominio del balón, festejando cuando el objetivo "gool" es alcanzado, tratando de impresionar a quien nos vea.



Las mujeres, desde niñas ligadas a una muñeca, a sus atenciones, a su vestimenta, inventando diálogos tiernos, haciendo parejas, pensando en la casita... en los detalles.Donde sea, se podía disfrutar de esa niñez; con pelotas de trapo, con muñecas sin cabello... con escenarios lujosos, o rupestres; pero, uno crece.



Tengo en mente un momento especial:La chica que me gustaba iba a pasar verme jugar. Yo, miraba de reojo a todos lados esperándola, como no la veía, en todo momento pensaba que me estaba mirando, que la dejaba "boquiabierta" con mis piruetas y malabares, y cada que tocaba el balón me salía de todo. Estaba como inspirado. También esas motivaciones cuentas.



Antes, era cosas de salir a la calle y llamar a los amigos de la cuadra, o esperar la hora de salida del colegio, o los sábados despues de clases en la Universidad. Ahora, fuera de tu ciudad y esos amigos, cuesta conseguir hacer grupo, simpatizar con ellos.




Hasta buscar un cancha se hace trabajoso.Lo dice Buyín, respecto al momento en que quizo pedir las canchas y le dicen:



“Lo siento, para pedir las canchas tiene que venir en dos semanas”, “En persona”, “No puede inscribir a sus amigos, tienen que venir ellos”, “Certificado de residencia, fotocopia del carnet” “Debemos comprobar sus domicilios”…“Si no quiere, no lo haga!”





¿La mujer entiende al hombre en su pasatiempo mayor?



He presenciado rupturas de pareja por ese motivo, donde el hombre no soporta que le quiten sus horas de placer "peloteando". A veces se justifica, en otras NO.


Sé que muchas veces parecemos tontos, embobados corriendo tras una pelota, con el objetivo de llegar al arco contrario y meter dentro el balón. Simple.La emoción está en el dominio del balón, en pisarla a velocidad, tirar la pelota con curva, o recta; en ver correr al compañero, en sentir que alguien de tu equipo te ayuda. También hay placer en ver la cara de los rivales, en imaginar sus planes, en anticiparse.


El descuido mayor, suele darse cuando tiramos, los hombres, esa ropa sudorosa en cualquier lugar. Y vaya que apesta. Descuidos posteriores que se tratan de superar, desde niños.
"Deportistas de fines de semana, los suelen llamar; juegan sin preparar su cuerpo, paran horas de horas sentados en un escritorio trabajando, no suben las escaleras, son puro ascensor". De esos que como yo, esperan el momento de sentirse en compañía amena. Sentirse en transpiración, bajo esa situación, también hay placer. Al día siguiente, adoloridos.







Suelo escuchar, en mujeres:

- cómo te hiciste ese raspón?, ya no vuelves a ir
- fútbol y cerveza, a la par
- te llamé y no contestabas el celular
- ¡para eso si tienes tiempo! y para mí?
- a ellos no les gusta que les pidan nada si tienen un partido
- nos encontramos el sábado a las 4, a esa hora EL juega su fútbol.



Y si comentan fútbol, al lado nuestro, podrían oirse frases como:

-¿Por qué tiran la pelota fuera del arco?, son más malos.
-¿Qué cobró? Apuesto que pierden (y se rien)...; ¿otra vez gol?
- A cual equipo tenemos que apoyar?, ¿Cúal es Chile? , ¿Pierden 3-0? Son más malos...
- ¿Ya va a terminar?, ¿Cambiamos de canal?
- Qué ridículo peinado, ja ja ja... (mirando el look de algún jugador)
- Qué sacas con gritarles, si no te escuchan;... deja de echar garabatos.

No soy fanático del fútbol, pero cuando puedo, lo practico y veo. Siempre y cuando estén fuera de mis responsabilidades diarias.


NOTA: Mujer, en semana de Eliminatorias mundialistas, cuidado con cruzarte frente al tv. y menos si un gol está cercano. Nos atrapa la adrenalina, quisiéramos ser quienes corren trás la pelota.