sábado, octubre 25, 2008

TOQUEMOS GUITARRA






Algunas veces me sueño tocando la guitarra, de un modo magistral. Tal y como quisiera ocurra. La realidad es soy el único, en mi familia, que no alcanzó a tocarla bien. Mi hermano hasta hizo su grupo, su banda. Mi hermana, en algunas ocasiones tocaba y cantaba… y yo, me quedé rezagado porque nunca pude realizar bien "los puentes". "Tienen que salirte callitos" -me decían.

Mi abuelo era músico. Era popular en su pueblo. Le buscaban para alcoholizarse. Enfermó. Antes de morir, destruyó todos sus instrumentos musicales con la idea que ninguno de sus hijos siga sus pasos.

Pretextos para tener una guitarra en casa:

- En algún momento de la reunión dices: yo toco guitarra, si quieres luego vamos a mi casa (luego pieza).

- Y tú, cantas?, te oí cantar, canta para mí.


- Entran a tu cuarto, ven la guitarra y dices: sí, antes tocaba guitarra, luego lo dejé. La bajas, tocas acordes que te quedan del tiempo de principiante. Y si de casualidad, alguna canción te salía bien, será tu noche. Más de un suspiro se arranca. Puntos a favor.

-Si nunca supiste tocar guitarra, fácil: se rompieron las cuerdas y no volví a tocar; o inventas el común "mis notas bajaron y tuve que dejar de tocarla", “ ya no toco, porque el tiempo no me da”

- Si ella toca guitarra: tendrás el placer de verlas mostrarse, podrás piropearla con ello, podrán realizar algo juntos; cantar, reír, jugar. Hay emoción en compartir.


Tocar guitarra encierra pasión, arte y destreza "manual". Al comienzo hay entusiasmo, no importa que no tener buena voz, el sonido de la guitarra te acompaña, perfeccionas tus acordes; al final, dejas de tartamudear y por fin puedas cantar mientras tocas. (eso decía mi hermano)


***
-Y tú tocas, tocaste, o quisieras tocar guitarra?


-Cuando empecé me enseñaba un hombre que sabía tocar bien. Aprendí. Se fue y vino una mujer no sabia tanto. Me fui. Empecé con otro señor que sabía tocar pero no sabía enseñar. Alguna vez empecé a buscar partituras por mi cuenta pero bahh, eso es fiebre de dos días, en cuanto me atasqué en una nota lo dejé. Soy una vaga. Antes tenia todas las puntas de los dedos duros jaja no me costaba pisar las cuerdas, y la mano no se cansaba. Ahora si se cansa todo.

- Yo, me cambie de colegio, y ahí no había taller de música.

***

Hoy, en mi presente, sólo me queda contemplar cuerpos con forma de guitarra- miro, pienso y rememoro una canción:


"… el cuerpo de esa muchacha tiene forma de guitarra,
voy a quitarle el estuche para empezar a tocarla (...)
no sé si será guitarra o tal vez será un violonchelo;
cómo sonará mejor, si no trato no me entero (...)

Cuerpo de Guitarra (Gavino Pampini)




He estado en el campo viendo estrellas, sintiendo oscuridad y silencio en la noche; y en eso, el sonido de una guitarra con sus acordes. Eso, queda perennizado en mí.

Una guitarra es buena compañía, en soledad y en familia. Muchos la vemos, alcanzamos a tocarla, nos las quedamos por siempre, o las dejamos suplantadas por otras aficiones. Pero donde quiera que uno esté: bailando, mirando, tocando, hay recuerdos que nos ligan (unen) a una guitarra.